Se refiere usted a eso que camina entre mis manos?
Saboreo su mensaje de un sorbo a los pies de una serpenteante escalera. Analizo un carro rebosante de manzanas dónde continúa la calle. Una muchacha con prisa tropieza y caen tres al suelo. Dos de ellas ruedan hasta donde alcanza la vista. Mis ojos se vuelven a los pies de un animal peludo que se termina de un bocado una manzana que pasaba por su lado.
Emprendo mi paseo empezando por unas callejuelas teñidas al blanco. Poseen un carácter peculiar. A medida que avanzan los días observo a la genuina naturaleza crecer en las balconeras
Flores de pie
Flores de paso
Flores.
Flores en la calle
Flores en la candela, quemadas.
Las de los paisajes, las de los venenos. Recoger una y ponerla tras tu oreja.
Amo las flores que anoto arrugo y paso por mi culo.
Necesito gritarle al viento lo que siento
Flor deprisa, flor con calma. Flor en susurros. Flor despierta, atenta.
Decidí ir en busca de una bella flor de olores muy tempranas, las olores.
Me encontré «confesando» pintando en la iglesia y saliendo un poco más tarde.
Paré a repostar en la cafetería de la esquina y tras hacerle un par de encuestas a Google casi me cierran a mediodía.
Me embarqué en sus pétalos,
Al llegar a la floristería.
Enfoqué un poco más en el rugido del viento pasar
Aposté por unos pétalos de formas peculiares.
Peró terminé por llevarme a casa un cáctus que allí parecía olvidado.
Le busqué un cómodo parterre que coloqué en el balcón.
Escuchabamos a Extremoduro mor las mañanas y a Bach por las noches.
Esa semana entendí que al gato no le gustaba tanto su compañero de ventana. Él mismo lo desenterró de allí y se precipitó al asfalto a las 16:00 (estaba en la ducha)
El sangriento asesinato era merecedor de un Goya. Gato se autoproclamó rey del balcón sentandose en el paterre el resto del día.
Hemos decidido adoptar una planta carnívora la próxima vez.